La educación holística es una forma alternativa tanto de enseñar como de aprender. Considera al alumno en su totalidad y sus experiencias vitales. Conecta las distintas materias escolares para enseñarlas en contexto unas con otras. En la educación holística, el alumno se responsabiliza más de su propio aprendizaje. Sus partidarios afirman que la educación holística rechaza el aprendizaje memorístico para ayudar al alumno a desarrollar el pensamiento crítico y las habilidades de trabajo en equipo, al tiempo que desarrolla una mayor confianza en sí mismo.
Qué es Educación Holística?
Mucha gente piensa educación holística es un concepto nuevo introducido en el siglo pasado. En realidad, se remonta a la antiguos griegosque consideraba el mundo como un todo único. Su practicante más famoso puede ser María Montessorimédico y educadora italiana. Creía que los niños son aprendices natos que necesitan un entorno de apoyo para sacar a la luz sus talentos naturales. No creía que los tests fueran herramientas útiles para evaluar el aprendizaje.
Haciéndose eco de Montessori, el Instituto de Política de Aprendizaje afirma programas de educación holística implicar al alumno a nivel social, emocional y académico. Aquí es donde se produce el aprendizaje, afirma el instituto en un artículo de 2018, “Educating the Whole Child: Mejorar el clima escolar para favorecer el éxito de los alumnos”
“Las emociones y las relaciones sociales afectan al aprendizaje. Las relaciones positivas, incluida la confianza en el profesor, y las emociones positivas, como el interés y la excitación, abren la mente al aprendizaje. Las emociones negativas, como el miedo al fracaso, la ansiedad y las dudas sobre uno mismo, reducen la capacidad del cerebro para procesar información y aprender. El aprendizaje está conformado tanto por la conciencia intrapersonal, incluida la capacidad de gestionar el estrés y dirigir la energía de forma productiva, como por las habilidades interpersonales, incluida la capacidad de interactuar positivamente.”
El Instituto de Políticas de Aprendizaje denomina educación holística
“aprendizaje democrático”
porque da voz al alumno sobre lo que aprende y cómo lo aprende. La enseñanza tradicional tiene lugar de arriba abajo. El profesor da información al alumno, que debe superar un examen de algún tipo para demostrar que ha aprendido la lección. En un aula holística, el alumno da forma a su propio aprendizaje, aplicando la nueva información a lo que ya sabe y relacionándola con sus propias experiencias personales.
Diferencias con la educación tradicional
La diferencia fundamental entre las dos formas de educación es que la educación tradicional hace hincapié en los resultados en materias separadas y no relacionadas. Por el contrario, educación holística se centra en el proceso de aprendizaje y enseña diferentes asignaturas como un todo interrelacionado.
Aquí tienes 3 formas clave en las que las diferencias cobran vida:
Un aula dinámica
Las aulas tradicionales tienen filas de pupitres y sillas. Los alumnos se sientan en ellas y escuchan pasivamente la información que les da el profesor. Sólo pueden hablar cuando el profesor se lo permite. En una clase holística, los alumnos organizan el aula de muchas formas distintas, según lo que vayan a aprender. Pueden sentarse en grupos de tres o cuatro asientos para debatir en grupo. Pueden trabajar en mesas realizando experimentos de laboratorio o proyectos artísticos. Hay mucho ruido cuando los alumnos comparten sus ideas y descubrimientos. Las actividades les atraen de verdad.
Aprender a tener confianza en uno mismo
Los educadores holísticos creen que su trabajo consiste en ayudar a los alumnos a sobrevivir en el mundo real. Eso empieza por inculcarles confianza en sí mismos. El fracaso es un concepto frecuente en las aulas tradicionales. Cuando el objetivo de una lección es aprobar un examen, el alumno puede sentirse desanimado para volver a intentarlo. Las aulas holísticas enseñan resiliencia y perseverancia para ayudar a superar los retos. Reconocen que cada alumno aprende de un modo distinto y a un ritmo diferente. Es importante respetar esas diferencias. Los alumnos aprenden a valorarse a sí mismos y a sus capacidades. Aprenden formas sanas de desarrollar relaciones familiares y sociales y cómo afrontar las dificultades de la vida y superarlas. El resultado es una mayor confianza que prepara al alumno para seguir aprendiendo y creciendo, tanto académica como emocionalmente.
Aprender de verdad, no memorizar hechos
Las aulas tradicionales de hoy en día hacen hincapié en los exámenes -los partidarios del holismo dicen que una palabra mejor es “obsesionados”- y en el aprendizaje memorístico. En estos entornos tradicionales, los profesores “enseñan para el examen”, centrándose en hechos que los alumnos simplemente regurgitarán en un examen. Escuelas holísticas Enseñan habilidades que los alumnos necesitan en el mundo real, como la colaboración y el trabajo en equipo. Las lecciones se centran en los temas de formas creativas que fomentan pensamiento crítico. Los alumnos participan en un aprendizaje interdisciplinar que les inspira a aprender más. Podrían estudiar ciencias escribiendo y produciendo un cortometraje sobre un científico destacado. Podrían aplicar lo que han aprendido sobre geometría, historia y arte construyendo un modelo a escala de un monumento o edificio famoso. En el proceso, podrían sentirse inspirados para convertirse en médicos, arquitectos o incluso historiadores.
Retos de la Educación holística
Aunque educación holística tiene muchas ventajas, pero no es para todos. Es difícil introducirla en entornos tradicionales, donde los padres y el resto del personal escolar pueden sentirse incómodos con sus ideas y métodos poco convencionales. Y si un alumno ha estado muchos años en un entorno tradicional, orientado a los resultados, puede tardar mucho tiempo en adaptarse a un aula más fluida. Las escuelas pueden introducir elementos del enfoque holístico sin dejar de cumplir las normas tradicionales. Incluso una pequeña muestra de la educación holística puede ayudar al alumno a desarrollar la confianza en sí mismo y puede despertar la curiosidad por seguir aprendiendo mucho después de haber abandonado la educación formal.